U2 - VERTIGO (2004)

"Siempre quieres tener las manos en el volante, no quieres que Dios conduzca. Sin embargo, todas las mejores canciones de U2 han sido escritas por accidente. Y las peores las hemos escrito nosotros". Bono, 1993

Vertigo es más que una canción, es una inmersión en el vertiginoso mundo de la conciencia moderna. Desde sus primeros compases, la canción nos sumerge en una atmósfera de desorientación y búsqueda espiritual. Tanto el ritmo como la letra. 

La enigmática referencia numérica inicial, "uno, dos, tres, catorce", esconde un código bíblico. Corresponde al Éxodo 3:14, donde Dios se revela ante Moisés como "Yo soy el que soy". Esta apertura establece un tono de trascendencia y cuestionamiento que permea toda la canción.

Bono ha sido explícito sobre las inspiraciones detrás de la canción. Describe un mundo consumista y superficial, representado por un bullicioso club nocturno llamado "Vertigo". Sin embargo, en medio de esta vorágine, emerge una figura femenina, una especie de salvadora o guía espiritual, representada por la "niña con uñas carmesí y un crucifijo". Esta imagen contrasta la superficialidad del entorno con una búsqueda más profunda de sentido.

Cuando ve "una cruz alrededor del cuello de la niña", se da cuenta de que es su única esperanza de salvación y se concentra en eso. Se da cuenta de que la única manera de escapar de la tentación es Dios, de ahí que "tu amor me está enseñando a arrodillarme".

La canción alcanza su clímax con una cita casi literal del Evangelio de Lucas y Mateo, donde Satanás tienta a Jesús. Esto subraya el tema central de la canción: la tentación y la elección entre los valores materiales y los espirituales. 

La frase “Todo esto, todo esto puede ser tuyo. Solo dame lo que quiero y nadie saldrá lastimado” hace eco de la tentación de Jesús en el desierto, como se registra en Mateo 4:8-9 y Lucas 4:5-7. 

En estos versos, Satanás le muestra a Jesús todos los reinos del mundo y le dice: “Todo esto te daré, si te inclinas y me adoras” (Mateo 4:9, NVI). 

"Vertigo" es, en última instancia, un llamado a la reflexión sobre nuestro lugar en el mundo y las elecciones que hacemos. Es una canción que nos invita a cuestionar nuestros valores y a buscar un sentido más profundo en nuestras vidas.

Al incorporar esta alusión a la tentación de Jesús, Bono añade profundidad a la exploración de la canción de las luchas existenciales modernas. Sugiere que la desorientación y las tentaciones de la vida contemporánea no son nuevas, sino que más bien hacen eco de antiguas batallas espirituales. 

El viaje del protagonista desde el vértigo hasta arrodillarse es paralelo al triunfo de Jesús sobre la tentación, presentando un camino a través del caos de la existencia moderna.

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